El examen clínico de la movilidad de los órganos se efectúa con ayuda del test listening o test escucha. Para ello el terapeuta ejerce con su mano muy poca presión (menos de 100g) en el cuerpo, concretamente en la región superior al correspondiente órgano. La mano debe de permanecer allí de forma pasiva y solo sentir. Generalmente al principio se siente un movimiento ligero y de amplitud débil. A continuación se cesa la presión y luego se vuelve a empezar dicho proceso de nuevo. Generalmente, la propia movilidad de los órganos tiene un ritmo de 6 a 8 vibraciones por minuto. Al principio, tienen que ser suprimidos otros ritmos corporales del paciente y del examinador (por ejemplo la respiración). Esto requiere práctica.
Como test de provocación global se ha probado en la terapia visceral el nombrado belt-test del cinturón. Para ello el terapeuta agarra con ambas manos el abdomen del paciente y a continuación lo presiona del forma cuidadosa. Así se comprueba el estado de tensión y la sensibilidad a la presión.
Durante el desarrollo embrionario y por ello durante el crecimiento de longitud de los órganos internos los mesenterios se alargan hacia caudal. Finalmente tras la bajada o descenso de los órganos, el estómago y una parte del intestino rotan hacia la parte interna de la cavidad abdominal. Esto conlleva a un cambio espacial en los órganos abdominales individuales. Por ello unos órganos son intraperitoneales y otros retroperitoneales. El espacio retroperitoneal se forma por el peritoneo parietal y la fascia transversal. Este espacio se llena tanto con los órganos retroperitoneales, como por ejemplo el riñón derecho, como con la grasa y el tejido conjuntivo. Además del giro del estómago se deriva la red pequeña y la red grande. La red grande se identifica como omento mayor y la red pequeña se conoce como omento menor. Ambas estructuras están formadas por repliegues de peritoneo. El omento menor une la curvatura menor del estómago con la superficie caudal del hígado y con el primer trozo de duodeno. El omento mayor pasa por la curvatura mayor del estómago en dirección a la entrada de la pelvis. Allí da la vuelta hacia craneal y transcurre otra vez hacia el estómago.
El peritoneo sirve de protección mecánica y térmica de las vísceras, y asegura el cuidado de los vasos sanguíneos y nervios de los órganos. Además contiene el líquido peritoneal, en el que se encuentran muchas células como linfocitos y macrófagos, las cuales sobre todo asumen las funciones de defensa. Por ello al peritoneo le corresponde también una importante función inmunológica.
La posición inicial y a ejecución se corresponden con la palpación diagnóstica. Para la movilidad puede el terapeuta mantener la presión suave en dirección a la barrera restrictiva o movilidad de forma rítmica y repetitiva hasta notar una reducción clara de la tensión.
Para la movilización del omento mayor el perro está en decúbito lateral. El terapeuta coloca ambas menos en la cavidad abdominal del perro, de tal forma que la punta de los dedos queda craneal al pubis. A continuación el terapeuta gira la mano consiguiendo que solo estén en la pared abdominal los lados meñiques de sus manos. El terapeuta baja ligeramente los bordes de las manos y levanta el omento mayor con un movimiento de supinación ventral. Manteniendo dicha tracción se desplaza el tejido en diferentes direcciones.
Para el tratamiento linfático del omento mayor se coloca al perro en decúbito lateral. El terapeuta coloca o ambas manos o solo una en la cavidad abdominal del perro, estando las puntas de los dedos craneal al pubis. El terapeuta hunde sus manos en el abdomen hasta que entra en contacto con el omento mayor. Durante la inspiración se desplaza el omento mayor en dirección craneal.