1.2. Aparato Locomotor

El aparato locomotor es el conformado por los huesos del esqueleto, sus articulaciones y los músculos que en ellos se insertan.

Los huesos son elementos estáticos que necesitan de las articulaciones. Los elementos dinámicos son los músculos, gracias a los cuales los huesos y articulaciones se mueven.

El nombre locomotor define una de sus principales funciones que es la locomoción o desplazamiento.

Por tanto, podríamos decir que las funciones del aparato locomotor son:

  • Mover los distintos segmentos del cuerpo.
  • Formar las principales cavidades (cavidad pelviana, craneal, toráxica) que contienen los distintos aparatos.
  • Sostener y resistir la presión y el peso.
  • Desplazarse y dar una estructura característica (características corporales) a las especies.

1.2.1. HUESOS

Existen tres tipos de huesos. En el siguiente cuadro reflejamos la función, la ubicación y algunos ejemplos de cada uno de los tres tipos de huesos.

Existen tres variedades de tejido óseo:

  1. Tejido compacto: está formado por laminillas óseas, inmediatamente aplicadas unas contra otras sin cavidades intermedias.
  2. Tejido esponjoso: formado también por laminillas de diferentes orientaciones que entran únicamente en contacto con ciertos puntos, por lo cual dejan entre sí un sistema de pequeñas cavidades en las que se acumula la médula ósea. En este estado de organización, el tejido óseo aparece interiormente hueco a manera de una esponja; de ahí su denominación de tejido esponjoso.
  3. Tejido reticular o areolar: no es más que una variedad del tejido esponjoso, en la cual los tabiques óseos están más espaciados y, por consiguiente, son más grandes las cavidades intermedias.

1.2.2. MÚSCULOS

Un músculo es un tejido u órgano del cuerpo animal caracterizado por su capacidad para contraerse, por lo general en respuesta a un estímulo nervioso. La unidad básica de todo músculo es la miofibrilla, estructura filiforme muy pequeña formada por proteínas complejas.

Existen tres tipos de tejido muscular:

  1. Músculo liso: el músculo visceral o involuntario está compuesto de células con forma de huso con un núcleo central, que carecen de estrías transversales, aunque muestran débiles estrías longitudinales. El estímulo para la contracción de los músculos lisos está mediado por el sistema nervioso vegetativo. El músculo liso se localiza en la piel, órganos internos, aparato reproductor, grandes vasos sanguíneos y aparato excretor.
  2. Músculo esquelético: este tipo de músculo está compuesto por fibras largas rodeadas de una membrana celular, el sarcolema. Las fibras son células fusiformes alargadas que contienen muchos núcleos y en las que se observa con claridad estrías longitudinales y transversales. Los músculos esqueléticos están inervados a partir del sistema nervioso central, y debido a que éste se halla en parte bajo control consciente, se llaman músculos voluntarios. La mayor parte de los músculos esqueléticos están unidos a zonas del esqueleto mediante inserciones de tejido conjuntivo llamadas tendones. Las contracciones del músculo esquelético permiten los movimientos de los distintos huesos y cartílagos del esqueleto. Los músculos esqueléticos forman la mayor parte de la masa corporal de los vertebrados.
  3. Músculo cardíaco: este tipo de tejido muscular forma la mayor parte del corazón de los vertebrados. Las células presentan estriaciones longitudinales y transversales imperfectas y difieren del músculo esquelético sobre todo en la posición central de su núcleo y en la ramificación e interconexión de las fibras. El músculo cardíaco carece de control voluntario. Está inervado por el sistema nervioso vegetativo, aunque los impulsos procedentes de él sólo aumentan o disminuyen su actividad sin ser responsables de la contracción rítmica característica del miocardio vivo. El mecanismo de la contracción cardíaca se basa en la generación y transmisión automática de impulsos.

1.2.3. ARTICULACIONES

Las articulaciones, en anatomía, son las zonas de unión entre los huesos o cartílagos del esqueleto. Se pueden clasificar en:

  • Sinartrosis, que son articulaciones rígidas, sin movilidad, como las que unen los huesos del cráneo. Las articulaciones sin movilidad se mantienen unidas por el crecimiento del hueso, o por un cartílago fibroso resistente.
  • Sínfisis, que presentan movilidad escasa como la unión de ambos pubis. Las articulaciones con movilidad escasa se mantienen unidas por un cartílago elástico.
  • Diartrosis, articulaciones móviles como las que unen los huesos de las extremidades con el tronco (hombro, cadera). Las articulaciones móviles tienen una capa externa de cartílago fibroso y están rodeadas por ligamentos resistentes que se sujetan a los huesos. Los extremos óseos de las articulaciones móviles están cubiertos con cartílago liso y lubricados por un fluido espeso denominado líquido sinovial producido por la membrana sinovial. La bursitis o inflamación de las bolsas sinoviales (contienen el líquido sinovial) es un trastorno muy doloroso y frecuente en las articulaciones móviles.

1.2.4. ESQUELETO

El término esqueleto se aplica a todas las estructuras rígidas o semirrígidas que sirven de soporte a los tejidos blandos del cuerpo de un animal, y proporcionan apoyo para la acción muscular. En los vertebrados, al esqueleto se le llama endoesqueleto, ya que se forma dentro del cuerpo. Ciertos animales invertebrados, como los insectos y los crustáceos, tienen esqueletos que reciben el nombre de exoesqueletos porque se encuentran en el exterior del cuerpo.

Exoesqueleto

El caparazón de sílice o de calcio que segregan ciertos protozoos, conocidos como foraminíferos, constituye una forma de exoesqueleto.

Las esponjas poseen un exoesqueleto constituido por espongina, que es una sustancia elástica y dura.

Los cnidarios segregan una gran variedad de sustancias exoesqueléticas, que varían desde la cubierta elástica de las medusas hasta el material pétreo que depositan los corales.

El caparazón de la mayor parte de los moluscos está compuesto por carbonato de calcio y por una sustancia orgánica básica, denominada conquiolina.

Entre los insectos, cada una de las tres principales divisiones del cuerpo, cabeza, tórax y abdomen, están incluidas en un armazón de placas córneas.

Las placas que constituyen cada división primaria están separadas de las placas de la siguiente división por un tejido elástico que permite la flexibilidad de los movimientos que realiza el insecto.

Los apéndices están recubiertos por vainas que son proyecciones del exoesqueleto; un tejido elástico, similar al que se encuentra entre las placas, une los distintos segmentos de los apéndices entre sí y con el cuerpo del animal.

Endoesqueleto

Los vertebrados poseen un grupo de estructuras más o menos rígidas, constituidas por cartílago o por hueso, o por una combinación de estos dos tipos de tejido conectivo.

La más primitiva de estas estructuras es la notocorda, que es una espina dorsal de tejido cartilaginoso que poseen los peces.

Los animales más desarrollados, desde el punto de vista evolutivo, poseen un esqueleto axial, formado por el cráneo, la columna vertebral y las costillas; y un esqueleto apendicular formado por las cinturas pélvica y pectoral, y por los apéndices.

Al principio, el esqueleto que se forma en el embrión de los animales superiores es cartilaginoso; el calcio y el tejido óseo se van depositando a medida que el organismo alcanza la madurez.

El número total de huesos que posee un determinado animal varía con su edad, porque muchos huesos se fusionan entre sí durante el proceso de osificación.

El cráneo es el término aplicado a la estructura rígida, cartilaginosa u ósea, situada en posición anterior respecto a la columna vertebral en todos los animales vertebrados, que sirve para encerrar y proteger al encéfalo y para proporcionar un lugar de fijación a los músculos de la cara y de la boca. En algunos vertebrados inferiores, está constituido por cartílago durante toda la vida del organismo; en los peces teleósteos y en vertebrados más evolucionados, incluidos los seres humanos, el cráneo es cartilaginoso durante la fase embrionaria y se osifica al inicio de la vida postnatal.

La columna vertebral es el nombre genérico dado a la estructura de hueso o cartílago que rodea y protege la médula espinal en los animales vertebrados. También recibe el nombre de raquis o espina dorsal. A la columna vertebral se unen el cráneo, las costillas y la pelvis para formar el esqueleto axial. Excepto en los peces cartilaginosos (condríctios), que tienen el esqueleto enteramente cartilaginoso, en el resto de los vertebrados, la columna vertebral está formada por una serie de huesos denominados vértebras. La forma y el tamaño de las vértebras varía según los tipos de animales. En general, se disponen como una columna y están unidas por ligamentos de tejido conjuntivo que mantienen los huesos unidos y forman una articulación.

Las vértebras. La mayoría de las vértebras individuales tienen una forma similar a un anillo.

El cuerpo vertebral o porción gruesa del anillo está ubicado hacia adelante. Entre una vértebra y la siguiente, hay un grueso disco fibroso de cartílago, denominado disco intervertebral, que forma la articulación principal entre los cuerpos de dos vértebras adyacentes.

Sin embargo, las vértebras también se mueven entre sí en otras articulaciones pequeñas.

El cuerpo vertebral, que representa la mayor parte de la vértebra y consiste en una masa de hueso sólido que soporta la carga, está situado en la zona anterior de la vértebra y separado de los cuerpos de las vértebras superior e inferior por los discos intervertebrales.

A cada lado del cuerpo vertebral, hay un pilar de hueso ancho (pedículo) que se dirige hacia atrás. Los pedículos y el dorso del cuerpo vertebral delimitan un espacio circular, el agujero vertebral, ocupado por la médula espinal.

Dos hojas de hueso, denominadas láminas, se unen a los pedículos y se conectan entre sí formando un arco en la región dorsal de las vértebras, denominado arco dorsal o arco neural, que cierra el espacio circular.

El canal formado por la yuxtaposición de los agujeros vertebrales de todas las vértebras se denomina conducto neural o conducto vertebral. En cada extremo, en la unión del pedículo con la lámina, existe una prominencia ósea llamada apófisis transversa.

En el arco formado por la unión de las dos láminas, se encuentra otra prominencia denominada apófisis espinosa. En la base de cada apófisis transversa, existe una estructura móvil y lisa que se articula con la vértebra adyacente (apófisis articular).

En los animales que mantienen una postura erecta, hay dos apófisis articulares en la parte superior y dos en la parte inferior de cada vértebra.

Las vértebras de cada región de la columna vertebral de los mamíferos tienen características propias. En las vértebras cervicales superiores, las apófisis transversas presentan un agujero para el paso de la arteria vertebral. Las apófisis espinosas de estas vértebras son muy cortas.

Las dos primeras vértebras cervicales tienen una forma muy diferente a las otras. La primera vértebra cervical o atlas tiene unas carillas articulares superiores de forma ovalada (cavidades glenoideas del atlas) que se articulan con los cóndilos (proyecciones circulares óseas) del hueso occipital del cráneo.

Las carillas articulares inferiores del atlas se articulan con las carillas articulares superiores de la segunda vértebra cervical o axis, formando las articulaciones atloidoaxoideas.

Las apófisis transversas de las vértebras torácicas tienen superficies articulares para las costillas mientras que las apófisis espinosas son largas, se proyectan hacia abajo, y se superponen entre sí.

Las vértebras lumbares tienen cuerpos pesados y grandes, y las apófisis transversas y espinosas son más pequeñas.

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