5.1 Fisiología del Perro. Aparato Digestivo

Según el estudio de Wayne, R.K. Evolución molecular de la familia del perro (Noviembre 2007).
Las secuencias de ADN mitocondrial del perro y el lobo se diferencian en 0-12 sustituciones en 261 pares de bases.
Esto quiere decir que el perro y el lobo gris comparten un 99,96% de ADN.
Además se comprobó que ese 0,04% de diferencias, hace referencia solo a nivel físico (fenotipos) y conductual.

“Los lobos y los perros comparten un 99,8% de su ADN mitocondrial (Wayne, R.K. Evolución molecular de la familia del perro)”.

Enlace al estudio: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0168952507003058

Entonces ¿por qué privamos de una alimentación natural, adaptada y que les librará de infinitas enfermedades, a nuestros perros?
Vamos a ver más a fondo que nos dice el sistema digestivo de nuestros perros y cuál debería ser una alimentación acorde a el.

La lengua de los perros carece o posee una cantidad ínfima de amilasa salivar, que es la enzima encargada de la primera rotura de los carbohidratos complejos en otros más sencillos. Eso se traduce en que los perros no tienen la capacidad necesaria para este proceso, es decir, para romper azúcares complejos (cereales, féculas, etc.).

Si hablamos de los dientes, como puedes ver en la imagen, los de tu perro, sin ninguna duda, pertenecen a los de un carnívoro.

Sus caninos (colmillos) son largos, afilados y curvados, están diseñados para desgarrar la carne en trozos grandes.

La mandíbula no está diseñada para moverse de lado a lado como ocurre con los herbívoros, sino que su movimiento es vertical y de corte.

Los músculos faciales permiten una apertura de la boca amplia, para poder atrapar presas. Y una fuerza tremenda para triturar, aplastar, sujetar…

La faringe produce una cantidad alta de mucosa que permite que el alimento pase por ella sin dañar al perro. Ésta conecta con el esófago, que es el encargado de pasar el alimento hasta el estómago.

El esófago posee una capacidad de dilatación impresionante, lo que permite a los carnívoros tragar grandes trozos de comida sin más, lo más rápido posible, para seguir comiendo, ya que puede que la caza no sea diaria y hay que llenar el estómago.

Un detalle que suele preocupar a los propietarios cuando dan alimentos crudos a sus perros es el hecho de que estos no mastiquen la comida, sin embargo, la masticación en un carnívoro es casi nula, están preparados para ingerir trozos de carne sin molerla antes.

Cuando un lobo tiene que comer rodeado de otros depredadores, carroñeros, e incluso familiares con hambre, no tiene tiempo para masticar la comida.

Al igual que el esófago, el estómago de tu perro tiene un volumen enorme para poder albergar una cantidad elevada de comida de golpe, ya que como he comentado, en estado salvaje un lobo o perro salvaje no come a diario.

Su Ph digestivo es entre 1-2,5 más ácido que un limón o que el vinagre. Por lo que acaban con la mayoría de las bacterias que pudieran encontrar y le da la capacidad de comer incluso presas en descomposición.
(J Pharm Sci 1986 Dic Comparison of gastrointestinal pH in dogs and humans).

El problema aparece cuando al darle una alimentación inapropiada (pienso) permitimos que ese pH se alcalinice, es decir, se haga menos eficiente. Así, el pH es más parecido al de los humanos, dando lugar a peores digestiones, e incluso a la entrada de patógenos que en estado natural no serían un problema para tu perro.
Por último añadirémos que los músculos del estómago son poderosas máquinas de triturar y remover, lo cual unido a las enzimas digestivas, convierten el alimento en una papilla apta para ser asimilada.

En los intestinos es donde comienza el proceso de asimilación de nutrientes.
El tamaño del intestino delgado de los carnívoros es relativamente corto, entre 3-6 veces la longitud de su cuerpo, si lo comparamos con el de un herbívoro, que llega a ser de 10-12 veces la de su cuerpo.

Este dato nos indica de nuevo que la digestión de hidratos complejos (por ejemplo cereales) no es adecuada para los perros, ya que el corto recorrido de su intestino no permite disponer del tiempo suficiente para romper los hidratos simples y absorberlos.

El intestino de nuestros perros, por el contrario, sí que absorbe perfectamente las grasas y proteínas de los alimentos, nutrientes esenciales para su salud.

Su intestino puede contener bacterias de forma natural como la Salmonella. Bacterias que a nosotros nos harían daño. De hecho hay estudios que demuestran que al menos el 36% de perros y el 18% de gatos son portadores sanos.
(Salmonellosis.The Center for Food Security and Public Health, Mayo 2005).

Además con la alimentación natural, aumentan las defensas de tu perro (microbiota) y le hacen más resistente ante ciertos tipos de enfermedades.

El intestino grueso también es muy corto, comparado con el de animales herbívoros; aquí es donde deberían digerirse totalmente los carbohidratos, pero en el caso del perro no hay recorrido suficiente para ello.

El páncreas es un órgano auxiliar del aparato digestivo que tiene dos funciones principales:

  • Ayudar a mantener los niveles de azúcar estables.
  • Producir enzimas para ayudar en la digestión de grasas y proteínas.

Una dieta con proteínas de alto valor biológico, adecuada en grasas y reducida en hidratos de carbono mantendrá este órgano sano y funcional.

Cuando la dieta es alta en carbohidratos, vamos a dar lugar a un exceso de insulina en sangre, y como consecuencia un problema de inflamación generalizada en el animal, aparte de otras enfermedades como pancreatitis.

El hígado es un órgano que posee la capacidad de regenerarse solo, aunque obviamente esto no quiere decir que podamos “maltratarlo” con comida inadecuada.
El hígado produce la bilis y es responsable de metabolizar las proteínas, grasas e hidratos de carbono, y de ayudar con el almacenamiento de vitaminas y minerales; pero lo más importante es su función de desintoxicación de la sangre, neutralizando toxinas, y transformando sustancias en desechos para ser eliminados, por ejemplo amonio en urea.
Todo este trabajo lo hace junto con la vesícula biliar, que es la encargada de almacenar la bilis que produce el hígado, la cual ayudará en la digestión a disolver las grasas.

Aunque no sea una función meramente digestiva, es importante destacar la importancia del bazo a nivel inmunitario, ya que es el encargado de filtrar la sangre y combatir enfermedades creando glóbulos blancos.

Y para terminar una reflexión.

En 1860 (hace 160 años) James Spratt inventa la primera galleta para perros y posteriormente, los primeros piensos comerciales.

Es decir, si tenemos en cuenta que el origen del pienso fue en 1860 y que los perros fueron domesticados hace entre 18.800 y 32.100 años.

No crees que puede entenderse que aunque su digestivo haya podido tener modificaciones por el consumo de pienso durante estos 160 años, no podemos someterlos a un consumo tan alto de carbohidratos y dejar de lado su condición de carnívoros adaptados


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