1.9 Sistema sensorial de las Vertebrados

1.9.1. PECES

El sentido del olfato, los peces, lo tienen muy desarrollado. Sus células son muy sensibles a las diferentes sustancias disueltas en el agua.

Solo tienen oído interno con conductos semicirculares y otolitos (equilibrio).

Los ojos constan de una esclerótica que tapiza la coroides, muy vascularizada y pigmentada, sobre la que se encuentra la retina.

La línea lateral se encuentra a ambos lados del cuerpo del animal. Está inervada por el nervio lateral, que deriva del nervio vago (X par). Permite la detección de corrientes de agua (reorrecepción) y la presión del agua.

En condrictios como los tiburones, encontramos las ampollas de Lorenzini, que perciben campos eléctricos de los organismos cercanos. Esto les permite sentir a sus presas, que pueden ocultarse en la oscuridad del fondo del mar.

1.9.2. ANFIBIOS

Los corpúsculos táctiles están distribuidos por toda la piel del animal. Sus ojos asemejan bastante a los peces y presentan párpados. El oído consta de una cavidad timpánica, limitada exteriormente por el tímpano. Se relaciona con la faringe a través de la Trompa de Eustaquio.

Tienen bien desarrollado el olfato, que es importante para la búsqueda de los alimentos. Presentan papilas gustativas en el paladar y la lengua.

1.9.3. REPTILES

Los tegumentos de los reptiles son ricos en terminaciones táctiles. La lengua de los lagartos y serpientes reúne las funciones gustativas y táctiles. En sus bordes, presentan numerosas papilas sensoriales.

Las serpientes de cascabel poseen entre el ojo y el labio superior un órgano llamado foseta facial, que es muy sensible a la radiación térmica (infrarroja) de los cuerpos.

El olfato radica en las fosas nasales. Presentan desarrollado el órgano vómeronasal u órgano de Jacobson, cuya función principal es obtener sensaciones olfatorias del alimento en la boca.

Poseen en los ojos glándulas lacrimales que mantienen húmeda la esclerótica. Esta, frecuentemente, se vuelve cartilaginosa, e incluso ósea. La retina contiene conos y bastones.

Tienen párpados y una membrana nictitante o tercer párpado, que va por delante del ojo. En las serpientes, los párpados transparentes se sueldan por sus bordes. De ahí la fijeza de su mirada.

El oído interno es complicado. El tímpano está en relación con el oído interno a través de la columnilla. Las serpientes carecen de cavidad timpánica, aunque conservan la columnilla, por lo que, en realidad, no poseen el sentido del oído.

1.9.4. AVES

El gusto de las aves radica en las papilas gustativas que existen en el paladar y en los bordes de la lengua. El olfato desempeña un papel casi nulo en la mayoría de las aves.

En los orificios nasales existe, además del repliegue óseo similar al de los reptiles, otro superior.

El oído interno es bastante complicado. Las dos trompas de Eustaquio se unen y se abren en un orificio común en el paladar. La cóclea está más desarrollada en los reptiles. En general, el sentido del oído es muy agudo.

La vista alcanza una gran perfección. Los ojos en posición lateral o frontal tienen dos párpados y una membrana nictitante.

En el centro de la retina, existe una depresión o fóvea central, que es el punto de máxima visibilidad. En las falconiformes, se puede encontrar en número elevado.

La posición lateral de los ojos hace que el campo de visión sea binocular estrecho (algunas aves) y, con la posición frontal, resulta más amplia (búho, lechuza).

1.9.5. MAMÍFEROS

Los mamíferos presentan receptores táctiles en todo el cuerpo. El olfato está desarrollado y se localiza en los orificios nasales. El gusto radica en las papilas gustativas de la lengua y del paladar.

Los ojos son laterales, menos en los primates. El oído es muy sensible, comprendiendo el caracol, con el órgano de Corti, el sáculo, el utrículo y tres canales semicirculares.

El oído interno cumple dos funciones: acústica y equilibrio (inervados por el VIII par craneal, el vestíbulo codear).

En el utrículo y el sáculo, se encuentran los otolitos indicadores del equilibrio, mientras que el órgano de Corti contiene al receptor sensorial de la audición.

El delfín y murciélagos capturan sus presas por ecolocación.

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